sábado, 14 de noviembre de 2020

¿Es Onlyfans la alternativa para afrontar el desempleo en tiempos de pandemia?

Análisis al fenómeno de Onlyfans, la red social que promete monetizar el contenido explícito que los jóvenes puedan producir para sus millones de usuarios.


El aumento acelerado de las cifras de desempleo en todos los continentes a causa de los estragos que ha dejado a su paso el brote del nuevo Coronavirus, está orientando a la población joven a tomar decisiones drásticas para llevar algo de dinero a sus hogares y no pasar hambre.

Con suerte, unos optan por invertir recursos para modernizar sus proyectos de emprendimiento, desarrollando aplicaciones para celulares en las cuales puedan conservar a clientes y prospectos, a través del ejercicio del comercio electrónico.

En la otra orilla, y con menos posibilidades para afrontar esta crisis, existen aquellos jóvenes que antes del confinamiento aún no habían conseguido su primer empleo, y por las circunstancias, hoy ven con nuevos ojos la idea de vender lo poco que les queda como propio: su privacidad.  

De acuerdo con la revista Forbes, a comienzos de este año cerca de 3.5 millones de cibernautas se registraron en Onlyfans, la red social de paga que ofrece retribuciones económicas a hombres y mujeres desde los 18 años, que estén dispuestos a producir material de tipo sexual para sus usuarios.

En mayo pasado, 200 mil nuevos perfiles fueron creados en menos de 30 días, y de éstos, 8 mil se registraron como proveedores de contenido. Mark de 32 años, es uno de ellos, y su historia de vida no es distinta a las demás.  

Según relató este hombre a la BBC, los hechos que lo motivaron a renunciar al pudor e intercambiar con extraños cientos de fotos y videos de su cuerpo al desnudo, fue el haber perdido su trabajo en un resort de cinco estrellas, y el no recibir respuesta de los supermercados donde posteriormente fue a llevar hojas de vida.


Onlyfans paga mi renta, paga mi comida, paga mi carro para seguir circulando. Literalmente, me paga todo lo necesario para vivir”, asegura Mark.

No obstante, el panorama al interior de su hogar no es el más placentero, porque sus allegados le dieron la espalda al enterarse de su nuevo oficio, señalando que la producción de pornografía lo llevaría tarde que temprano a ejercer la prostitución.

Un pensamiento para nada descabellado, teniendo en cuenta que Onlyfans toma el 20 por ciento de los ingresos mensuales de sus creadores de contenido, más los impuestos que cada uno de éstos deben pagar en sus respectivos países y entidades bancarias.

En otras palabras, un usuario de dicha plataforma sólo llega a recibir el 40 por ciento de lo recaudado en el mes.

Razón por la cual, quienes están interesados en hacer más dinero o, recuperar lo perdido en el pago de impuestos, cruzan la barrera de lo virtual a lo real para ofrecer servicios de acompañante, sexo casual, e incluso,   convencer a sus parejas para dejarse grabar en la intimidad, y luego negociar el video con el mejor postor.  

“He recibido una serie de propuestas sexuales desde que abrí una cuenta en esa red social. Creo que se debe a los videos íntimos que comparto con mi pareja. Así que, si mis clientes están dispuestos a pagarme el dinero suficiente, yo tendría sexo con ellos”, confesó el ex participante del reality El Desafío, Estibens Julio Blanco, al programa La Red del canal Caracol.

En la actualidad, la vida de Estibens gira en torno a la pornografía, la prostitución y el lujo a todo costo. Él lo reconoce, y afirma no tener problema con ello.

“Mis clientes me pagan entre $250 a $350 mil pesos por una hora de sexo. En ocasiones, ellos me dan dinero sólo para que yo les peque, pero no quieren sexo (…) Recuerdo que, unos meses atrás fui de viaje con un Sugar Daddy a la ciudad de Nueva York, y me divertí mucho porque fuimos a comer, hicimos compras y fuimos al teatro. Por lo general, son hombres de 50 años en adelante”, agregó.

Muchos hombres como Estibens y Mark se sienten seguros de que nada malo pasará con su imagen pública, porque Onlyfans los provee de herramientas de privacidad en línea para que sus fotografías y videos no circulen en internet sin su autorización.

Sin embargo, nada de esto es cierto.


En los últimos meses, usuarios de redes sociales como Twitter, comparten de manera gratuita el material explícito por el cual pagaron suscripciones en Onlyfans.

De este modo, ellos pretenden ganar más seguidores, y de paso, construir comunidades que giren en torno al sexo, donde ellos tienen el control de la situación sin exponer sus verdaderas identidades.

Una problemática que los creadores de Onlyfans no proyectaron, y de la cual tampoco demuestran interés por tomar acciones al respecto.

Quizás por esta despreocupación de la plataforma, adolescentes como Michael Hoffman, han tenido que afrontar en soledad las consecuencias de la filtración de sus fotografías que, por lo general, desencadenan trastornos de depresión y ansiedad en las víctimas.    

“Perdí chica tras chica. No puedo mantener una relación de pareja. No puedo conseguir un trabajo formal. No puedo salir a ninguna parte. Mis amigos se han alejado de mí”, señaló Hoffman en su último tweet, antes de desaparecer de las redes sociales.

Lo más triste de éste y muchos otros casos, es que son olvidados o no tenidos en cuenta por los cibernautas e influenciadores que, día a día parecen sumarse al colectivo de estrellas porno en potencia que Onlyfans crea a su paso.

Nadie dice nada, pero al mismo tiempo todos son cómplices de un fenómeno que ha sido normalizado, al punto de convertirse en un referente de ingresos en tiempos de pandemia.

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NOTA: ¿Tienes un blog o sitio web pero, no sabes qué escribir ni cómo hacerlo? Envíame un mensaje a contacto.carlotorres@gmail.com

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